














La incertidumbre de estar encerrado y solo en un apartamento de 20 m2 en Bogotá al inicio de la cuarentena, solo respondía un miedo incesante de no contagiar mis seres queridos en Popayán, el hecho anteriormente inocuo de no tener una lavadora, desencadenó una serie de disyuntivas que al frio de la soledad me revelo epifanías de mis carencias, así, por medio de la imagen intervenida traduzco mi realidad ideal o esos sentimientos y recuerdos que efímeramente venían a mi para mantenerme en apropiación del control.